Gocheando en Café Saigón

Gocheando en  Café Saigón
Gocheando en Café Saigón

miércoles, 8 de marzo de 2017

Ambigú, medida y sabrosa modernidad

Nuestra última incursión en la restauración complutense ha sido visitar al restaurante Ambigú y la experiencia ha colmado nuestras expectativas iniciales. 24 años juntos ya, se dice pronto, y nos decidimos por este establecimiento para celebrarlo. Junto al teatro Cervantes de Alcalá de Henares se nos presenta un local pequeño, sencillo y coqueto. Nada más entrar un recibidor para poder tomarse algo y enseguida a la izquierda se encuentra la sala. Esperamos a ser atendidos, teníamos reserva y nos asignan mesa, quizá algo justa de tamaño. ¿El tamaño y la distancia entre mesas importa?, claramente si, pero es una lucha perdida, eso sí, cuando la encuentras con las medidas correctas, sube algún peldaño el resultado final del evento. Después de esta disertación, continuaremos diciendo que la barra esta integrada en sala con cocina abierta, muy común hoy en día en restaurantes de gama media-alta, como en este caso. Produce sensación de amplitud, limpieza, que junto a la decoración, conforma un lugar agradable y acogedor.



En esta ocasión dejaré para el final la comida y me centraré antes en el servicio, exquisito en sus formas, nos ofrecieron algún plato fuera de carta, que siempre queda bien y da caché. Estuvieron acompasados sin sensación de estrés ni prisas , pese a que el local se llenó ya que era el fin de semana antes de San Valentín. En dos palabras correcto y profesional, lo que tiene que ser. Cada tipo de restaurante demanda un servicio con matices y en este caso estos dos vocablos vienen al pelo.

Estoy como Ferrán Adriá deconstruyendo el orden del artículo, me voy a la relación calidad-precio, estoy mu loco. En serio, un tema siempre espinoso y subjetivo, en este caso lo ha sido quizá un poco, el precio 71,20€ un poco alto, dos entrantes para compartir, dos segundos, un agua, sin vino y sólo un postre me resultó algo caro, pero lo pagué con gusto ya que la calidad, el sabor y la elaboración de los platos fueron excelentes.

Vamos al lío con la comida, esto es lo que nos metimos entre pecho y espalda

Agua con nombre y botella curiosa

22 Artesian Water, el agua que sabe. Agua riojana con gran marketing y botella de diseño. Esto es lo que pone en su página web

"Un viaje que nos llevará hasta el corazón de La Rioja. Desde las nubes que pasan sobre el territorio riojano hasta llegar a nuestro manantial; donde fluye un agua distinta con propiedades mineromedicinales, llena de matices, pura y clara."

Agua al fín y al cabo, no entiendo el concepto de la carta de aguas en los restaurantes, quizá como presentación bien, pero el contenido es agua mineral, sin sabor. Presentar un agua distinta a las marcas convencionales me parece correcto, pero al resultado final de la comida, no aporta nada, quizá visualmente la botella.

Aperitivo: Ensalada de palitos de cangrejo con salsa fina y cebollino

Fresco aperitivo para abrir boca, algo más elaborado y rompedor no habría estado mal. A mejorar este detalle.

Patatas bravas Ambigú: Patatas en dos cocciones con sofrito de tomate picante y mousse de ali oli

En mi humilde opinión el plato de la noche, esto no son patatas bravas es una jodida maravilla, pasado un tiempo todavía recuerdo la textura y el sabor del tubérculo. El sofrito y la mousse de ali oli simplemente exquisito. Inmejorable lo mires por donde lo mires. No tienen nada que ver con la ración o tapa típica, es otra cosa, es finura y sabor a parte iguales. Me hubiera llevado un tupper para comerlas entre semana, jeje.


Gyoza de buey con salsa teryaki y setas simeji

Otra sorpresa, una elaboración perfecta, una carne jugosa de primera clase, bocado redondo que con el acompañamiento de las setas y la reducida salsa por encima formó un conjunto muy completo, rico rico.

Secreto de cerdo ibérico: A la brasa con patatas y pimientos del padrón

Perfecto de punto, las patatas de escándalo. Un plato que tiene peligro, si te pasas de punto se queda seco, por lo que la elaboración es vital y en este caso simplemente clavado.

Rape asado con salsa de jalapeños, piparras y tomatitos

Me apetecía pescado y me decidí por el rape, me encanta su textura y me llamaron la atención los ingredientes. Llegó el plato, que pinta, primer bocado, perfecto el punto del pescado, los brotes le dan su punto al plato, pero la salsa de jalapeños con muy poca chispa. La idea en conjunto es buena, pero le falta potencia, la piparra le da algo, pero la salsa es importante, porque este pescado por si solo no tiene mucho sabor. Se quedo algo insípido, un poco más de picante le iría que ni pintado, y os lo dice uno que no le va en exceso.

Torrija y espuma: caramelizada en la sartén, con espuma de vainilla

Fuera de lo común. A mi mujer las torrijas caseras de nuestras madres no la van por el exceso de dulzor del almíbar, pero en este caso era otra cosa. La textura de la torrija maravillosa, la caramelización de la misma óptima y la espuma pura delicia.

Como conclusión decir que es un lugar perfecto para cualquier tipo de comida o cena, celebración íntima o reunión familiar o  con amigos. Una carta corta y a la vez variada con unos ingredientes de primera y con grandes platos. Sencilla con toques de modernidad y fusión que se agradecen. Una apuesta segura si quieres sorprender con el riesgo medido. Al mismo tiempo tradición, sabor, acercamiento a otras cocinas, todo con una elaboración y buen gusto. Apuesta segura.

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Puntuación en gochitos




Filustro

3 comentarios:

  1. Muy detallado tu análisis de este restaurante.
    Tienes razón en lo de la distancia entre mesas, yo creo que también es importante este detalle.
    En cuanto a la comida, me ha parecido fantástico el plato de gyozas, si están bien hechas me parece algo delicioso, lleven el relleno que lleven, me chiflan.

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  2. Es un pequeño restaurante con una cocina rica y variada. A través de una ventana se puede ver la cocina desde el comedor y me gusta que el bar esté separado de las mesas para que no se oiga tanto ajetreo.
    La calidad de los platos, su tamaño y presentación fueron apropiados sin embargo, el precio de la botella de agua de 50cl me pareció excesivo (2,50€).
    En la parte negativa las mesas para dos son muy pequeñas y están muy juntas, no hay lugar para colgar los abrigos y bolsos y los comensales ruidosos de la mesa de al lado, que a pesar de ser 6 personas parecían 16, nos empañaron un poco la velada. Luego dicen que los niños son ruidosos... Estos adultos parecían que estaban solos en el salón de su casa y se comunicaban a gritos.
    Mi impresión general fue buena pero hay mucha oferta en la ciudad complutense con la misma calidad y los precios algo más ajustados.

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  3. Un plan estupendo y en el mismo centro de Álcala de Henares. Aunque el comedor resulte ser un espacio pequeño donde se escuchan las conversaciones de otros comensales, si la compañía y la comida es excelente tanto en su presentación como en su sabor se olvida los ruidos molestos.

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